Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños y niñas se encuentra altamente receptivo a estímulos ambientales y afectivos, transformándose en un momento clave para el aprendizaje y desarrollo.
Este período es también altamente vulnerable, por esto, si el niño/a no recibe una estimulación adecuada, afectará áreas como el aprendizaje, habilidades sociales y emocionales lo que tendrá impacto en el futuro. Los cuidados y estimulación por parte de adultos significativos son claves en la activación y creación de múltiples conexiones neuronales que serán la base para el aprendizajes, habilidades socioemocionales y salud mental futura.
Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños y niñas se encuentra altamente receptivo a estímulos ambientales y afectivos, transformándose en un momento clave para el aprendizaje y desarrollo.
Este período es también altamente vulnerable, por esto, si el niño/a no recibe una estimulación adecuada, afectará áreas como el aprendizaje, habilidades sociales y emocionales lo que tendrá impacto en el futuro. Los cuidados y estimulación por parte de adultos significativos son claves en la activación y creación de múltiples conexiones neuronales que serán la base para el aprendizajes, habilidades socioemocionales y salud mental futura.
Algunas conclusiones relevantes en nuestros más de 4 años de experiencia del trabajo con embarazadas y madres:
de las embarazadas y madres, que NO participan del programa, declaran que su principal problema durante la maternidad es sentirse solas y sin redes de apoyo.
de los bebés entre 6 y 12 meses tienen rezago en alguna de 5 áreas de desarrollo infantil según el test de desarrollo infantil ASQ.
de las embarazadas y madres que han ingresado a algunos de los ciclos del programa presentan sospecha de depresión según Edimburgo y cesd10 (test validados).
Adicionalmente Vinson Consulting nos calculó que el ahorro para el estado Chileno podría reducir su gasto potenciando trabajo en primera infancia en hasta U$1000 millones anuales (0,33% del PIB aprox).
Se identifican tres factores principales que inciden en la problemática social:
Se ha demostrado que el exceso de hormona del estrés (cortisol) altera los circuitos neuronales del cerebro. Por esto, niñas y niños expuestos a experiencias adversas fuertes, frecuentes, prolongadas sin el apoyo adecuado de un adulto, tienen mayor probabilidad de ver afectado su desarrollo cerebral y tienen una mayor propensión a enfermedades en el futuro. Las causas más comunes de estrés tóxico en la infancia son: vivir en un ambiente de indigencia, negligencia parental, drogadicción, maltrato, padres con trastornos severos de salud mental, entre otros.
Existe desconocimiento de la importancia que tienen y cuáles son los hábitos que protegen y potencian el desarrollo cerebral. Entre estos están:
Afecto: Un vínculo sano entre el niño y la persona que lo cuida es fundamental para su desarrollo físico, emocional e intelectual. El niño/a necesita sentirse protegido, seguro y cuidado. Asimismo, necesita una referencia estable de apoyo, dedicación, responsabilidad y amor. Por esta razón, quienes se encuentran a cargo de niños deben mostrarse siempre receptivos y dispuestos a responder.
Interacción y Lenguaje: Cuando un niño se expresa, ya sea balbuceando o llorando, y encuentra como respuesta un contacto visual, un abrazo o una respuesta oral, en su cerebro se establecen o refuerzan conexiones neuronales que posteriormente le ayudarán a desarrollar sus habilidades comunicativas y sociales.
Alimentación Saludable: Desde el embarazo, el crecimiento y desarrollo del cerebro depende de manera crítica de la calidad de la nutrición de un niño/a.
Un estudio llevado a cabo por Betty Hart y Todd Risley (1995) comprobó que la diferencia entre clases sociales influye en el desarrollo lingüístico de niños y niñas. El fenómeno de este estudio, acuñado como “La Catástrofe Temprana” vislumbra una preocupante realidad: niños/as de familias con un estatus socioeconómico alto, a los 4 años, han escuchado 48 millones de palabras, mientras que hijos/as de familias vulnerables han escuchado sólo 13 millones. Un segundo resultado igualmente interesante, fue que un niño en una familia de profesionales escuchaba 6 estímulos positivos por cada prohibición negativa, mientras que un niño en una familia vulnerable, recibía dos prohibiciones por cada estímulo positivo.
Esta desnutrición lingüística afecta muchas áreas de desarrollo y tiene impactos importantes a mediano y largo plazo. Existen sencillas estrategias de estimulación lingüística que se pueden realizar, tanto en los momentos de juego, como en las rutinas diarias.