Somos una organización sin fines de lucro que, desde la neurociencia, trabaja para que los niños y niñas, desde su gestación, tengan la misma base de oportunidades sin importar su lugar de origen.
Somos una organización sin fines de lucro que, desde la neurociencia, trabaja para que los niños y niñas, desde su gestación, tengan la misma base de oportunidades sin importar su lugar de origen.
Diversos estudios han demostrado que las etapas iniciales del desarrollo neuronal son determinantes para el crecimiento mental, social y emocional de los seres humanos. Por tanto, intervenir en la niñez, desde la gestación, es fundamental.
En los primeros 1.000 días de vida, desde la gestación, se conforma cerca del 80% de la arquitectura cerebral. Por esto, la intervención desde el embarazo es fundamental para potenciar el desarrollo cerebral, la regulación emocional y las habilidades lingüísticas y cognitivas.
A los cuatro años de edad, niños/as de familias de nivel socioeconómico alto han escuchado cerca de 48 millones de palabras, mientras que niños/as de familias vulnerables escuchan sólo 13 millones. Esta desnutrición lingüística genera una brecha de desigualdad que comienza desde la cuna, e impactará en su desarrollo neurocognitivo a mediano y largo plazo.
Un factor esencial para garantizar el desarrollo neurocognitivo, emocional y afectivo infantil es el bienestar de los adultos significativos. Mediante la regulación emocional, empoderamiento de su rol como agentes de cambio y adquisición de competencias de estimulación, los adultos pueden asegurar mejores oportunidades para los niños/as en su entorno.
En INPI sabemos que la tecnología ha revolucionado la forma en que las personas pueden potenciar sus redes de apoyo y conocimientos. Las plataformas tecnológicas se han convertido en herramientas esenciales para la conectividad y el aprendizaje colaborativo en la era digital y en nuestros programas.
El INPI tiene dos grandes áreas de trabajo: el Programa “Conversemos Mamá”, cuyo objetivo es potenciar el desarrollo de los niños durante los 1.000 primeros días de vida interviniendo a mujeres embarazadas y madres y padres con niños de esa edad; y el Área de Neurodesarrollo y Formación, el cual busca impactar a todos los otros adultos que rodean a los niños durante su infancia.